jueves, 25 de marzo de 2010

¿ de donde sale el término gorilas ?

Durante los hechos políticos que antecedieron al derrocamiento de Perón en 1955, el país los seguía con angustiosa expectativa a través de las emisoras. Al duelo de informaciones entre la cadena oficial Radio del Estado y las emisiones rebeldes de La Voz de la Libertad, se sumarían las siempre esperadas "ultimas noticias" que Radio Carve disparaba desde Montevideo. En Buenos Aires regía el estado de sitio, pero no se observaban anormalidades ni movimientos de tropas. La sublevación se vivía dentro de las casas, en un clima tensionado por las informaciones radiales. Cuando paraba la lluvia, las azoteas se poblaban de curiosos. Unos iban a reforzar las antenas para captar mejor las emisiones uruguayas; otros subían con prismáticos, esperando ver pasar algún avión. Esto producía diálogos irónicos de un techo a otro. Para referirse a los sublevados, por ejemplo, los vecinos apelaban a un popular cantito: "Deben ser los gorilas, deben ser... que andarán por ahí..." Era un gracioso estribillo que se utilizaba en "La Revista Dislocada", el éxito radial del momento, cuando se ignoraba el autor de un hecho, y que la gente adoptó en esos días para burlarse de los comunicados oficiales.
Así nació el mote de "gorila" que se adjudicaron los propios antiperonistas. Hasta septiembre de 1955 nadie había usado esa palabra, ni se la asociaba con actitudes políticas o militares, porque a los opositores se los llamaba "contreras". Ellos mismos se autodefinían así y se decían "antiperonistas". El gobierno, y particularmente Eva Perón, los calificaba públicamente de "oligarcas y vendepatrias".
Uno de los autores de aquel famoso estribillo fue el libretista Aldo Camarota, quien suministró esta explicación: "Los "gorilas" nacieron en una parodia de la película "Mogambo", con Clark Gable y Ava Gardner, que sucedía en África, que yo escribí en marzo de 1955 para "La Revista Dislocada", de Delfor.
En el filme, una expedición buscaba diamantes en la jungla africana, sabiendo que la gran mina estaba en la región de los gorilas. Obsesionado con cualquier rastro, movimiento o alarido, el científico de la expedición solía interrumpir el romance de la pareja protagonista, advirtiendo que se estaban acercando a la cueva de los gorilas.
En nuestra parodia, el científico era un reo porteño que ante cualquier ruido extraño decía: "¡Deben ser los gorilas, deben ser!". La frase se popularizó, pero ni la frase ni los personajes tenían el menor atisbo de intención política, ratifica Camarota, algo que con Perón era absolutamente imposible. Como la Revista Dislocada subía en audiencia, en ese momento los gorilas le dieron el empuje definitivo y todos sus personajes se hicieron muy populares. Salíamos al aire por Radio Splendid los domingos al mediodía, contra un tradicional programa de Jabón Federal, que acabó auspiciándonos, y contra "Estrellas al Mediodía", el programa de Apold, Secretario de Medios del gobierno peronista".

Fuente (s):

"Historia del peronismo, 1952-1955", Hugo Gambini, Javier Vergara Editor

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