Resultan quizás algo desacertadas las comparaciones que improvisa o replica la presidente, Cristina de Kirchner, en sus discursos. Sobre todo, cuándo su salud mental es un rumor constante entre quienes viven y trabajan cerca de los Kirchner.
Así, los sentimientos de la Presidente, expresados en actos públicos por cadena nacional, no dejan de sorprender. El 15 de marzo, al inaugurar un gasoducto en Ushuaia, Cristina había dicho: “Me siento como Keops frente a la pirámide terminada”. Ayer, en cambio, sorprendió con un “me siento un poco la Sarmiento del Bicentenario”, fue la frase en el Teatro Cervantes, al presentar un programa para proveer de computadoras portátiles a alumnos secundarios.
La Jefa de Estado eligió compararse con el prócer de la educación argentina, al que la mayoría de la intelectualidad peronista ha criticado siempre por sus posturas despectivas hacia los gauchos y los indígenas.
Las declaraciones de ayer de Cristina recorrieron todos los medios. Pero no es la primera vez que comete exabruptos en sus discursos.
En enero pasado, distendida y risueña, recomendó hoy comer carne de cerdo porque, aseguró, mejora la actividad sexual. Más aún, prácticamente tentada, dijo que ella personalmente es una gran consumidora de carne porcina y dio por descontado que "es mucho más gratificante comerse un cerdito a la parrilla que tomar viagra".
"Hay que consumir carne de cerdo porque tiene mejores grasas que la bovina y además mejora la actividad sexual", dijo la Presidenta durante un acto que encabezó en la Casa Rosada para anunciar un sistema de compensaciones para la producción porcina.
"Yo como mucho cerdo", añadió sin tapujos antes de detallar que el fin de semana pasado, "que fue un fin de semana excelente en El Calafate", en vez de almorzar un asado de cordero patagónico comieron cerdo, con cuerito y todo, según especificó.
Pero en agosto pasado tuvo otro tipo de declaraciones que molestaron a más de uno cuando comparó la transmisión de los goles con los desaparecidos de la dictadura. "Te secuestran los goles hasta el domingo, como te secuestran las imágenes y las palabras. Como secuestraron a 30 mil argentinos. No quiero más una sociedad de secuestros", había dicho.
El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel juzgó una "barbaridad" y un "absurdo" el paralelo trazado por la Presidenta entre el manejo privado de las transmisiones de fútbol con las desaparición de personas en la dictadura, e instó a la mandataria a "hablar menos y hacer más".
"Me parece una barbaridad lo que dijo la Presidenta, es no tener conceptos claros de lo que es la desaparición de personas. "Relacionar los desaparecidos con una cancha de fútbol y con goles, no tiene nada que ver con el sentido profundo de lo que la dictadura significó para la vida del pueblo argentino", dijo Pérez Esquivel.
Fuente: http://www.urgente24.com/
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