martes, 8 de junio de 2010

La ley del camión de la basura

Cuántas veces permitimos que otras personas nos cambien el humor? ¿Cuántas veces les damos tanto poder a situaciones banales que nos terminan arruinando el día? Pésimos conductores, mozos no entrenados, jefes insensibles, personas maleducadas, etc. ¿Es posible que les demos tanto poder? Qué tan a menudo permites que las cosas absurdas de otras personas te cambien el humor?


Me subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un carro que así de repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado. El conductor del taxi en el que iba alcanzó a frenar a todo lo que daba, el taxi se derrapó y por un pelo de rana casi le pegamos al auto que quedó frente a nosotros.

Después de esto, el conductor del OTRO auto, el tipo que casi causó el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos una cantidad horrible de insultos y majaderías. Todavía recuperándome del susto lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chofer de mi taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.

Yo estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al chofer de mi taxi por qué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente hasta enviarnos al hospital.

Entonces, el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo "La Ley del Camión de Basura".

Mire, me dijo:

¿Ve aquel camión de basura?

Sí, le dije:

¿y eso qué tiene que ver?

Pues, así como esos camiones de basura, existen muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción. Tan pronto como la basura se les va acumulando, necesitan encontrar un lugar dónde vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones.

Por eso cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo personal; sino tan sólo sonrío, saludo, les deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo Usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.

A partir de ese día comencé a pensar qué tan a menudo permito que estos Camiones de Basura me atropellen; y me pregunté a mí mismo qué tan a menudo recojo esa basura y la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle. Así que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura y así como el niño de la película "El Sexto Sentido" decía que veía a los muertos, bueno, ahora así yo veo a los Camiones de Basura. Veo la carga que traen, los veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo a personal, tan sólo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.

Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión.

Los buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos.

Los líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes y en su mejor estado para la gente que realmente es importante para ellos.

En resumen, la gente exitosa no permite que los Camiones de Basura absorban su día.

¿Y tú? ¿Qué pasará en tu vida?, ¿Optas porque los camiones de basura sólo te pasen de lado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario