viernes, 24 de septiembre de 2010

AUTOCRACIA

La palabra autocracia proviene del griego, y significa el gobierno de uno mismo, que asume por su cuenta y gobierna sin sujeción a leyes. Las leyes existen, pero a ella sólo están sometidos los gobernados, y son producto de la voluntad arbitraria y despótica del gobernante.

Es un sistema de gobierno donde en quien recae el poder del Estado tiene amplísimas atribuciones, comparables con la de una divinidad. Así, en la antigüedad podemos afirmar que los faraones egipcios, en su sistema político llamado Monarquía teocrática, donde el rey era un verdadero dios, ejercía una autocracia.

En la Monarquías absolutas de la Edad Moderna, donde el soberano ejercía su mando también sin limitaciones, argumentando que poseía ese poder inmenso dado por el propio Dios, también podemos reconocer esta forma de gobierno.

Pero sin duda el más claro ejemplo de gobierno autocrático fue el que gobernó el imperio ruso entre los años 1721 y 1917 con una Monarquía de carácter hereditario, a cuyo mando estaba un monarca que la propia Constitución de 1906 llamaba autocrático, conocido como Zar, al que se le otorgó el control sobre el Poder Ejecutivo, las Fuerzas Armadas, las relaciones exteriores y la Iglesia.

Actualmente se identifica el término tanto con los totalitarismos, que según Benito Mussolini, significaba “todo en el Estado y para el Estado”, que son la máxima expresión de la restricción de las libertades individuales, donde el ser humano se constituye en un engranaje del Estado a su servicio, sin permitirse la menor expresión de disenso; como con los regímenes autoritarios en general, entre los cuales se destacan las dictaduras, que toman por la fuerza el poder, alegando intervenir para recomponer el orden, y hasta que las causas desaparezcan, sin precisar ese tiempo, quebrantando el orden constitucionalmente establecido.



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