“Sin el sí de María, sin su entrega y docilidad, no estaríamos haciendo esto”, señaló el Padre Barchietto al hablar de las virtudes de la Santísima Virgen a la que puso de ejemplo al decir que “nosotros podemos tener la misma docilidad, la misma entrega y la misma apertura. Dios no nos hará golpear ni lastimar. Si Dios nos pide algo, no debemos dudar nunca”.
“Hay que tener la misma respuesta que María: Sí, porque Dios nunca quiere nuestro mal, que estemos tristes, sino todo lo contrario. Que estemos bendecidos y que podamos bendecir”, enfatizó.
Otra frase en la que reseña un mensaje permanente de sus prédicas, la resaltó en la entrevista con este diario al sostener que “no hay que dudar nunca que Dios existe, que nos ama, que nos mima, que secará nuestras lágrimas, que nos quiere felices, alegres, bendecidos para que podamos bendecir a los otros. Esto es lo real”.
“Dios es tan misericordioso que aunque le demos la espalda, nos sigue amando. El siempre busca de nosotros lo bueno, cuando a veces nosotros buscamos lo malo del otro”, señaló.
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