Al igual que el típico caso del ignorante adinerado que tiene la razón que
le da “el tener plata” el Gobierno ha logrado convertir la mentira en verdad,
lo disparatado en cuerdo, lo antidemocrático en democrático, lo terrorista
en humanitario, lo históricamente condenable en virtuoso, la sinrazón
en razón, el equívoco en acierto, lo malo en bueno, lo feo en lindo, la corrupción
pública en privada y hasta el extremo que 16 sea igual a 8 si nos enfocamos
en el Indec.
Todo esto es posible a través del silencio
cómplice logrado con la utilización de una billetera que, repleta de dineros
substraídos a la noble y aguantadora actividad agropecuaria compra
voluntades, votos, gobernadores, intendentes, legisladores, jueces,
periodistas, medios y demás elenco que hace que nadie se anime a decir “el
rey (o la reina) esta desnudo ” . Hay que tener rostro construido en hormigón
y la impunidad y la razón que otorga dormir sobre un colchón de dólares,
para afirmar “somos víctimas de nuestro propio éxito” y retirarse tranquilamente
a dormir sin más trámite.
En algún momento de reflexión se debe sentir
una profunda tristeza comprobar que el poder emana de una circunstancia
económica coyuntural, vilmente utilizada, y no de los atributos y virtudes
personales de quien lo detenta.
Autor: Gustavo
Oscar Colla
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