La situación actual de los Wichís sigue siendo, en algunos casos, de extrema pobreza.
Buena parte de la economía familiar continúa basándose en la caza y recolección de frutos del monte por demás empobrecido, que ya no aporta una alimentación aceptable en calidad y cantidad.
En época de pesca, lo obtenido en esa actividad se utiliza para el abastecimiento, sin embargo, algunos lo comercializan para adquirir otro tipo de alimento.
Otra fuente de ingreso la constituye la fabricación de ladrillo y la venta de artesanía en madera y chaguar, pero estas son actividades esporádicas y poco rentables. Como alternativa de producción se han generado pequeñas explotaciones como manejo de chivos, apicultura y huertas familiares, frecuentemente subsidiadas.
La alfarería y el tejido constituyen las principales artesanías de estos aborígenes. El tejido se realiza con fibra del chaguar: una vez extraída esta de la hoja, se retuerce en cordones de distintos grosores según los tejidos por confeccionar, emplean distintas semillas, cortezas y raíces para teñir la fibra; con ello logran vistosos colores.
Paulatinamente algunos Wichís se han insertado al trabajo rentado, desempeñando cargos en instituciones del medio, entre ellas Municipalidad, Instituto del Aborigen Chaqueño (IDACH), Escuelas (Auxiliares Docentes), Hospital (Enfermeros) y Registro Civíl.
Algunas viviendas son pequeños ranchos de tres o cuatros paredes continuados con palos a pique y barro. Varias familias han sido beneficiadas por planes de viviendas las que aunque sencillas, brindan mayor comodidad y mejores condiciones de salubridad.
Desde el punto de vista sanitario, si bien se han implementado desde hace varios años una política de salud (atención a niños y embarazadas), se pueden observar enfermedades frecuentes como tuberculosis, mal de chagas, desnutrición y parásitos.
Desde el Curso de Auxiliares Docentes Aborígenes de El Sauzalito y la Asociación Cultural Taiñi y desde las experiencias escolares de educación intercultural y bilingüe, los aborígenes wichis participan activamente en:
La actualización y traducción al dialecto del Teuco de la gramática de Huma. La elaboración y traducción de una revista “yate” bilingüe wichi-castellano.
La elaboración de textos:
Libros de Lectura.
Cuentos de Mitología Wichi.
Folletos y afiches de prevención de distintas enfermedades (cólera y diarrea infantil).
Cuadernillos de estimulación temprana.
Los derechos del niño.
Elaboración de materiales didácticos para la enseñanza de la lengua escrita, rompecabezas, memoraba, naipes, letras móviles ilustradas, etc.
Señalización de los pueblos con escritura en Wichi: letreros con los nombres de las calles, de las instituciones, carteles informativos, etc.
Este proceso de análisis, búsquedas, reflexión y crítica que se ha gestado en el Curso de Auxiliares, hace crecer en los aborígenes la necesidad de lograr acuerdos mínimos de escritura que sean reconocidos por todos los hablantes de la lengua. Para estudiar los fonemas wichis y sus grafías se realizan talleres entre los wichis de Chaco, Formosa y Salta. Aunque se han llegado a algunos acuerdos, el proceso de consolidación de su lengua es muy lento.
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