Cuando llegué a casa, ayer por la noche, mi mujer exigió que la llevase a un sitio caro.
Entonces la llevé a una estación de servicio.
Y, entonces, la pelea comenzó...
Mi mujer y yo estábamos sentados en la mesa de un boliche, yo me estaba fijando en una chica borracha que estaba sola en una mesa próxima, y que balanceaba su copa.
Mi mujer preguntó: "¿La conoces?"
"Sí," dije yo. "Ella es una antigua novia mía... Sé que empezó a beber después de separarnos, hace ya bastantes años y, por lo que sé, nunca más ha vuelto a estar sobria.
"¡Dios mío!", dijo mi mujer, "nunca pensé que alguien pudiese celebrar algo durante tanto tiempo?"
Y, entonces, la pelea comenzó...
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Después de jubilarme, fui hasta el ANSESS para poder recibir la credencial de jubilación.
La mujer que me atendió solicitó mi Cédula de Identidad para verificar mi edad.
Busqué por todos lo bolsillos y me di cuenta que lo había dejado olvidado en casa.
La funcionaria dijo que lo lamentaba pero que tendría que ir a buscarlo a casa y volver más tarde. En esto, me dijo: "Desabotone la camisa"
Entonces desabotoné la camisa, dejando expuestos mis cabellos crespos y plateados.
Ella me dijo: "Este cabello plateado en su pecho es prueba suficiente para mi".
Y procesó mi jubilación.
Cuando llegué a casa, conté a mi mujer, entusiasmado lo que me ocurrió.
Ella me dijo: "¡Vaya! ¿y por qué no te bajaste los pantalones?
Podrías haber conseguido una invalidez permanente también... "
Y, entonces, la pelea comenzó...
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