Artículo publicado por Merlina Meiler
Recientemente, en una entrevista, me preguntaron sobre mi punto de vista con respecto al punto G, si realmente creía que existía. Se habla de que hay un lugar en el cuerpo de la mujer que nos brinda el máximo placer en el momento de tener relaciones sexuales, y se lo denomina punto G.
Hay diferentes teorías sobre dónde está ubicado, si todas las féminas lo tenemos, si depende exclusivamente del hombre encontrarlo…
Mi respuesta al entrevistador fue que, como mujer – más allá de su existencia física real y de la sensibilidad especial que tengamos o no en ese lugar - el verdadero punto G, para nosotras, se compone de diversas facetas:
Atracción/seducción: precisamos sentirnos atraídas por nuestro compañero, que nos haga sentir únicas, que no dé por sentado que ya nos tiene. Nos gusta ir preparando el terreno entre los dos durante un rato hasta llegar a la cama; sin duda alguna, los juegos de seducción reavivan la pasión.
Seguridad: el sentir que nuestra pareja nos quiere, nos respeta, es estable y confiable nos permite abrirnos más al momento de una relación, y, por ende, aumenta nuestras posibilidades de disfrutarla al máximo.
Romanticismo: sí, el romanticismo aún despierta nuestros deseos sexuales. Nos gustan los hombres que demuestran sus sentimientos. Una palabra, un mensaje, una atención inesperadas pueden provocar un estado de enamoramiento semejante al de una canción de nuestro cantante favorito.
Tiempo/dedicación: a las mujeres la rapidez nos abruma y no nos deja relajarnos adecuadamente. Los hombres tienen otro lapso de reacción a las caricias sexuales. Es una conducta inteligente ocuparse de nosotras como nos gusta. Si nos dan el tiempo y la dedicación que precisamos (varía en cada una) para entrar en clima y prepararnos para gozar, ¡los resultados valdrán la pena, y se divertirán mucho en el camino!
¿Crees que existe el punto G?
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