jueves, 14 de abril de 2011

El corralito era para proteger a los ahorristas.


"La crisis fue por abandonar la convertibilidad”

Entrevista a Domingo Cavallo, a 20 años de la puesta en marcha de la Convertibilidad. La muerte del 1 a 1 y la visión sobre por qué la pesificación “fue para beneficiar a los grandes deudores”. Su relación con Kirchner en los noventa.


-Cuándo recibió el pedido Menem de “desarrollar un plan de estabilidad”, ¿por qué se decidió por la Convertibilidad?

-Todas las hiperinflaciones se resolvieron con planes muy parecidos a la Convertibilidad. Cuando hay desconfianza total en una moneda, para salir hay que crear una moneda creíble. En Alemania, durante la república de Weimar, crearon el marco, que estaba garantizado por toda la tierra de Alemania. En Argentina, la gente ya había decidido usar dólares, todo el mundo convertía a dólares.

-¿Menem entendía todas las complejidades que implicaba en plan?

-La idea es muy fácil de entender, poner una moneda respaldada en dólares. Menem entendió enseguida, la gerencia política entendió, todo el mundo entendió.

-¿Le parece que la convertibilidad empezó a fracasar por enfrentamientos políticos?

-Yo diría que Duhalde tiene como mínimo la misma responsabilidad que Menem, porque Duhalde empezó a endeudar a la provincia de Buenos Aires con el Banco Provincia y a retirarle depósitos antes que Menem autorizara a los gobernadores a hacer prácticamente lo mismo con todos los bancos. No se puede decir que Menem tiene más culpa que Duhalde, yo creo que los dos fueron responsables de ese proceso de endeudamiento de las provincias con el sistema bancario. Diría que muchos otros gobernadores. Ni Kirchner, ni Rodríguez Saa, ni Reutemann, porque esas provincias, e incluso La Pampa, no se endeudaron. Todo el resto se endeudó mucho.

-¿Se puede conectar el déficit comercial con el mayor endeudamiento provincial?

-Las provincias no se endeudan porque no haya ingreso de exportaciones. Se endeudan porque gastan demasiado, gastan por arriba de lo que recaudan. La recaudación venía muy bien, después de la crisis del 95, en el año ’96, ’97 y ’98, la Nación y las provincias estaban recaudando muy bien, pero estas decidieron gastar por encima de sus posibilidades.

-Entonces, ¿el fin de la convertibilidad lo atribuye al sobre-gasto del sector público?

-Hubo una pérdida de competitividad no sólo porque el dólar y el peso eran demasiado fuertes, sino también porque aumentaban los costos a causa del sobre-gasto de las provincias y en alguna medida también el sobre gasto o excesivo gasto de la Nación.

-Y ¿por qué no funcionó la Convertibilidad?

-En realidad no dejó de funcionar, la disolvieron para liquidar deudas de las provincias, fue una decisión política destruirla.

-¿Reconoció públicamente estos problemas?

-Cuando fui candidato a presidente en 1999, toda mi campaña electoral la hice poniendo énfasis en estos temas, el que hacía campaña diciendo conmigo “un peso – un dólar” y no hablaba de estos temas era De la Rúa, que ganó la elección. Tampoco Duhalde hablaba de la naturaleza del problema. Kirchner estaba de acuerdo de esas cosas, era la persona que más me apoyaba. Y por supuesto que Kirchner estuvo en contra de la salida de la convertibilidad que decidió Duhalde. Es por eso que Kirchner no aceptó ser Jefe de Gabinete de Duhalde.

-¿Admite responsabilidad por la crisis?

-Yo intente resolverla, yo asumí cuando ya estaba desatada (la crisis). No tiene que ver con mi gestión, fue creada cuando yo no estaba. Todos los que dicen que la crisis es de la convertibilidad son los que se quieren endeudar.

-¿Kirchner nunca se opuso al modelo de convertibilidad, tal como después hizo en su Gobierno?

-Nunca se opuso y además fue un gobernador disciplinado, no endeudó a su provincia. En ese sentido yo lo apoyaba a Kirchner y él me apoyaba a mí, porque ambos hacíamos las cosas que convenían al buen funcionamiento de la economía y la sociedad argentina en esa época.

-Si avisó de los problemas, ¿por qué algunos sectores lo han señalado como culpable?

-La población no me acusa. Yo era una de las personas más populares que había en 2001. Todos me pedían que entrara al Gobierno y que ayudara a De la Rúa a encontrar una solución. Lo que pasa es que después, cuando tiraron abajo el gobierno de De la Rúa y me sacaron del ministerio de Economía, después implementaron todo este safarrancho que fue la pesificación, la devaluación, que eso lo hicieron todo a instancia de los que estaban muy endeudados en dólares. Fue una transferencia de riquezas a favor de los que estaban endeudados y en contra de los ahorristas argentinos realmente alevosa. Pero claro, no lo iban a explicarlo así, que tomaban esas medidas para beneficiar a los grandes deudores y perjudicar a los ahorristas.

-¿Qué solución hubiera implementado en 2002 para salir de la crisis?

-La contracción ya se había producido. El país se había estado contrayendo desde fines de 1998 hasta el 2001. Lo que había que hacer ahí era reestructurar la deuda. Había un problema de endeudamiento de las provincias, la Nación y también del sector privado, que llevaba a las empresas a la quiebra y al sistema financiero a la insolvencia. Situaciones como esas se resuelven con una reestructuración ordenada de la deuda. Pero con motivo de la devaluación y la pesificación y de todo el zafarrancho que hizo el gobierno de Duhalde, la economía cayó 10% más. O sea que en el primer semestre de 2002 hubo una caída enorme en el nivel de actividad, adicional a la que ya se había producido. Eso no fue causa de la convertibilidad, sino de su abandono.

-¿El corralito fue su herramienta para evitar el default?

-El corralito era clave para evitar que colapsara el sistema financiero y se perdieran todos los ahorros de la gente. El corralito era una medida que en realidad en la práctica funciona de manera natural en todos los países del mundo. La gente estaba muy asustada y retiraba dinero en efectivo, dólares o pesos, y ningún sistema bancario aguanta una corrida de esa naturaleza. Entonces cuando hay corridas contra los depósitos bancarios hay que poner algún tipo de restricción. Pero eso no significaba perder depósitos.

-Cree que la pesificación posterior no ayudó…

-Convirtieron los depósitos de dólares a pesos. Y con la tremenda devaluación cuando devolvieron los depósitos a la gente sería sólo una fracción de lo que tenían. Yo estaba en contra de esa maniobra, por eso me sacaron. A todas esas barbaridades le llamaron “corralón” para poder publicitar que era la continuidad al corralito. Pero en realidad el corralito era para proteger a los ahorristas y el “corralón” fue para expropiarles a los ahorristas.

-¿Cómo caracteriza a la política económica que siguió el kirchnerismo?

-Cuando Kirchner fue candidato la inflación había empezado a bajar y la economía había empezado a crecer. Además las circunstancias internacionales se habían tornado muy favorables para Argentina. Entonces Kirchner le dio a ese contexto el rédito político. Había un aspecto de esa política que a él le gustaba mucho: cobrar retenciones a las exportaciones. Eso le daba mucha recaudación impositiva. Para cobrar las retenciones tenía que mantener la moneda muy devaluada, por eso no dejó que el peso no se apreciara. Si él hubiera dejado que el presidente del Banco Central mantuviera una política anti-inflación, como el dólar se estaba debilitando en el mundo, el peso tendría que haberse apreciado al mismo ritmo que el real. Claro, si el peso se apreciaba él no iba a poder cobrar las retenciones a las exportaciones, por eso trató de evitar la apreciación del peso. Como consecuencia, reintrodujo la inflación como fenómeno persistente en la economía, por eso hoy tenemos entre 25% y 30% anual de suba de precios.

-¿Cómo cree que impactó el modelo del actual Gobierno en los diferentes sectores?

-En los sectores a los que le congelaron precios, tarifas, le afectaron la rentabilidad y le violaron todos los contratos, ahí ha destruido capacidad productiva. Hay un aspecto en el cual la política económica de Kirchner, que inició Lavagna, es muy diferente a la de los noventa: las relaciones de Argentina con el mundo. En los ’90 la economía argentina se abrió por las exportaciones e importaciones y buscó integrarse al mundo. Del 2002 en adelante, Kirchner lo hizo a sabiendas, la economía se fue encerrando.

-¿La ve a Cristina como una mandataria capaz de ganar una reelección?

-No me gusta abrir juicios sobre si una persona es capaz o no. Obviamente que para llegar a donde llegó tiene que ser una persona capaz. Yo creo que el problema de Cristina no es ella misma, sino el tipo de gobierno que conduce. No tiene ministro, ni le presta atención a los consejos que le pueden dar buenos ministros. Tiene un gobierno muy precario, pero si ella gana la elección deberíamos esperar que organice un gobierno diferente hacia el futuro.

-¿Está hablando con algún partido para volver a la política?

-No, yo sólo hablo con los que me llaman. Estoy totalmente inactivo en materia política.

-Los primeros resultado que dio la convertibilidad, ¿le ayudaron a Menem a ganar elecciones?

-La convertibilidad le hizo ganas las elecciones no sólo a Menem. También a Duhalde y Kirchner. Ellos dos ganaron la elección de fines del ’91 gracias a que habíamos implementado el 1 de abril ese año el régimen de convertibilidad y a que bajó drásticamente la inflación. En realidad el primero que ganó fue el gobernador de San Juan [Jorge Escobar], que me pidió que fuera a la provincia a ayudarlo a hacer campaña. Ese año [en 1991] prácticamente todos los candidatos a gobernadores me pidieron que los ayude a hacer campaña, incluso Santa Cruz. Lo mismo pasó en el año 1993 y 1995.

-¿También ayudó a De La Rúa?

-Sí, De la Rúa estaba bien asesorado en materia comunicativa y se apropió de la convertibilidad. Yo advertí los riesgos, pero la gente prefiere votar siempre al que le dice que no hay grandes riesgos en el horizonte. Es lo mismo que está pasando ahora, la oposición ahora no ataca mucho al Gobierno de Cristina porque tiene miedo que eso se traduzca en que la gente piense que ellos van a aplicar políticas que enfríen la economía.

ÚLTIMA PALABRA

Para finalizar, se pidió al entrevistado que cerrara la entrevista diciendo lo que quiera.

“Los últimos veinte años de Argentina han sido mucho mejores que las décadas anteriores. Incluso si se compara al país con Brasil, Argentina ha crecido más. Obviamente que mientras llegamos a tener hiperinflación, ahora tiene una inflación del 25-30% anual. Por supuesto que la inflación es muy alta, y de haberse continuado con una política de estabilidad, como fue la convertibilidad, hoy tendríamos una inflación mucho más baja. Pero yo creo que haber eliminado la hiperinflación y haber abierto la economía y modernizarla fue muy importante para que Argentina tuviera los años de crecimiento que tuvo en esta última década. No podría haber crecido el país como creció desde el 2003 hasta ahora si no se hubiera producido el proceso de modernización de su economía en la década de los noventa”.

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