lunes, 30 de mayo de 2011

PARALIZANTE IMPUESTO A LAS GANANCIAS


La integración del capital con el trabajo produjo el sensacional progreso de la civilización que vivimos en el siglo XXI. Seguir con las ideologías que hace 200 años los enfrentaban, es irracional. No es posible crecer sin invertir capital e incorporar tecnología, y el trabajo ya no es tracción a sangre, sino intelectual. Entorpecer el desarrollo de cualquiera de ellos afecta el bienestar general.

Políticos y oficinistas defienden los impuestos para sostener el gigantesco gasto público. El llamado “a las ganancias”, se creó con la ficción de distribuir burocráticamente el ingreso nacional, que se evapora por la dilapidación, el latrocinio y la corrupción del Estado.

La tasa nominal del impuesto es 35%, pero como la inflación es cercana al 30%, la tasa efectiva se eleva al 45% de las utilidades reales de las empresas, destruyendo su capacidad de capitalizarse e invertir. Los asalariados sufren los efectos en sus ingresos.

El impuesto a las ganancias debe ser rediseñado por paralizar la inversión e impedir la prosperidad de los argentinos. Hasta tanto se modifique, las inversiones de los contribuyentes en la producción de bienes, infraestructura, educación, vivienda y salud, deben ser computables como pago a cuenta del impuesto a las ganancias.

16 mayo 2011

Dr. Marcelo Castro Corbat
Centro Segunda República
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