El rico y el pobre son dos personas.
El soldado defiende a los dos.
El ciudadano paga por los tres.
El trabajador suda por los cuatro.
El vago come por los cinco.
El usurero desnuda a los seis.
El abogado enreda a los siete.
El cantinero envenena a los ocho.
El confesor condena a los nueve.
El médico y el farmacéutico matan a los diez.
El sepulturero entierra a los once.
El diablo carga a los doce.
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