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Departamento GRAL. LOPEZ

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martes, 28 de junio de 2011

Cómo usar el bidet


En un chat multitudinario con amigos, surgió un tema filosófico interesante:

No "para qué", eso es sabido; sino...............

¡¡¡¡ ¿COMO TE SENTÁS?!!!!

 
La mayoría lo usábamos igual, sentados de espaldas a la pared, con las manos atrás manejando las canillas al tacto; pero uno viene con una teoría distinta:

"El bidet debe usarse de frente a la pared porque el cosito por el que sale el agua te queda justo en el hoyo, podes ver y tener bien a mano las canillas del bidet, la jabonera y la toalla".

Tiene lógica, pienso. Cuando "me toque", voy a probar.

A la mañana siguiente, me tomo mi café y... efecto instantáneo!.

Abrigadito con mi bata me juego un jueguito en el celu mientras hago lo que tengo que hacer en el inodoro.

Termino.

Papel higiénico y hora del buche subterráneo.

Me levanto del trono, me acuclillo apenas y pivoteo en un pie dando medio giro, casi como en una coreografía de Fred Astaire; y estaciono con esa maniobra sobre el bidet, de frente a la pared.

¡Genial! Puedo acceder a las canillas, mezclo la caliente con la fría hasta lograr la tibieza justa, manejo la presión con la del medio, tengo el jabón, toalla, todo al alcance de la mano. ¡Impecable!.

Este amigo tenía razón, y me introdujo a un mundo un tanto adictivo... me saco la bata, salto a la ducha y me voy a la oficina, que ya llego tarde por la hermosa bideteada.

En la ofi, todo bien.

Estaba en el cambio y a la hora del almuerzo se me da por innovar, basta del sandwichito de miga y pido un delivery de comida china: cerdo con hongos y brotes de bambú.

Muy rico, pero el efecto es más instantáneo que el de mi café mañanero!!!!!!.

Voy al baño de empleados apretando los cantos como si fuera marica: ¡están todos los boxes del baño ocupados!.

¡Me cagooo!. Y los jefes se fueron a comer afuera, y la conchuda de su secretaria está almorzando en el comedor... así que me cuelo subrepticiamente en el baño de gerencia.

Comida china: pica cuando entra, pica cuando sale.

Mientras me alivio, examino el baño:

¡Qué guachos estos jefes! En el baño de empleados nos ponen un papel higiénico con el que te podes limar las uñas mientras cagás, pero acá tienen uno suavecito, toallas de tela, Glade Toque, jabón-jabón, no ese detergente líquido de apretar un botón pringoso, revistas en un canasto y hasta una cestita con popurrí de canela, jazmín y pétalos de rosas sobre la mochila del inodoro.

Termino en el inodoro. Voy al bidet. Hago la misma maniobra que a la mañana en casa:


pivoteo sobre un pie... medio giro... y me olvido que tengo los pantalones y calzón en los tobillos que hacen tope contra la base del bidet. Error!!!!!!!.

La frenada textil me arroja de cara contra la pared, reboto, me deslizo lentamente hacia abajo arañando mi caripela contra cerámica de la pared y no continuo bajando porque quedo enganchado en la punta de la taza del bidet con los huevos.

Mi quejido se hace agudo, finito........ Largo!!.

Por suerte no me partí los labios contra los azulejos, sólo me sangra la nariz, y me mancha la camisa blanca que anoche me planché con Klaro.

Con una mano arranco un poco de papel higiénico, hago rollitos y me tapono los dos agujeros de la nariz: no sé cuál es el que sangra.

Mientras tanto trato de avanzar sobre el bidet, de frente a la pared, hasta descomprimir los huevos, pero quedo casi con las rodillas sobre el piso porque los pantalones me siguen frenando contra la base.

Abro la caliente, y un chorro hirviendo me carboniza la chota, que quedó justito arriba del pendorcho del agua.

Me corro un poquito más hacia la pared, haciendo crujir la tela del pantalón y ahora me quemo los huevos: depilación como a los pollos de frigorífico..

Asomo el hoyo, abro la fría, y la presión aumenta.

Es como una hidrolavadora echándome lava adentro del ojete. Quiero bajar la presión con la perilla del medio, pero estando de frente la canilla es al revés: la fuerza aumenta, y siento que me levanta del piso y que empiezo a levitar.

Me paro como puedo, trastabillo hacia atrás y caigo de nuca contra la otra pared.

Así me encontró la secretaria, después de que el de mantenimiento pudo forzar la puerta:

• desmayado boca arriba,

• un poco cagado,

• con la chota al aire,

• los huevos colorados como dos remolachas,

• la camisa manchada de sangre,

• papel higiénico medio disuelto en la nariz

• y el chorro del bidet a todo lo que da, arrancando la pintura del techo.

¡Ah!... y el regalito en el inodoro, porque no llegué a apretar el botón.

Tuve que pagar los arreglos. A los del piso de arriba les apareció humedad en los zócalos. A los de abajo, en las paredes. Pagué la pintura, el pintor, repuse las revistas empapadas, el papel higiénico carísimo y hasta el jabón que se disolvió con la lluvia bidetera.

Pero me hice el boludo con el popurrí de flores, etc.: ¡¡¡ ese..............que lo compren ellos!!!!

Consejos útiles a la hora del bidet (porque manejarlo no es tan fácil como parece) :)

* Confiá sólo en el bidet de tu casa. Él es tu mejor amigo, y le conoces la temperatura, la presión y la dirección de giro de las canillas.

* Un bidet ajeno es más difícil de manejar que una excavadora.

* Ese bidet ajeno tendrá la velocidad de una Ferrari: irá de cero a cien (grados) en cuatro segundos, carbonizándote el hoyo.

* El manejo óptimo de los controles del bidet implica conocimientos de hidráulica y termodinámica mediante una ecuación que incluye: presión de 0 a100%, temperatura A, temperatura B, geolocalización del culo, índice de sanidad y nivel de ruido.

* Cuando manejes todas esas variables, te tocará un bidet con monocomando. La ley de Murphy.

* Manejarás ese monocomando como un joystick endemoniado que te levantará del piso. Mejor, antes practica con un jet-ski.

* Por último, y el más importante:

Con los lompas bajos, el bidet se usa de espaldas a la pared.

Y no confíes en todo lo que dicen tus amigos. A veces innovar hace mal..



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