A usted, que ha gustado pasearse por Punta del Este, escondiéndose ante la sorprendida mirada de un improvisado fotógrafo; que por suerte pudo retratarla yendo a ver un recital de Charly García.
Usted, que ha hecho deshonor a su propio nombre, llevando el clientelismo al paroxismo más inconmensurable, a través del uso y abuso de los 200 millones de pesos que maneja anualmente gracias a la cercanía que ostenta con el kirchnerismo.
Usted, que decide qué leyes deben aprobarse o no, que expulsa funcionarios a piacere y que gusta mandar a quemar edificios públicos.
Usted, que en la Justicia penal jujeña acumula más de veinte causas penales por “amenazas”, “atentado a la autoridad”, “daños” y hasta “privación ilegal de la libertad”.
Usted, que invadió en cuatro oportunidades la casa de una jueza, solo para que se condenara a una persona a la cual usted creía culpable.
Usted, que atacó el diario de un rival político y no tuvo reparos en invadir comisarías para liberar detenidos de su grupo.
Usted, que hasta quemó la entrada de la Casa de Gobierno.
Usted, que se queda con dinero de cada beneficiario que recibe planes sociales en concepto de “aporte social” para la organización.
Usted, que ha “apretado” a legisladores para que le fuera otorgado el mantenimiento de los edificios públicos y escuelas a sus propias “cooperativas sociales”.
Usted, que maneja la droga en Jujuy a través de su adláter Alberto Cardozo y que tiene registradas 300 armas en el Renar a su nombre.
Usted, que comparte con el kirchnerismo el intento de diferenciarse de un gobierno neoliberal y destructivo como fue el menemismo de los 90, pero que hace lo mismo que se criticaba a estos.
Usted, que tienen a su nombre una treintena de automóviles y se mueve con 30 guardaespaldas.
Usted es una verdadera y completa caradura, un personaje hipócrita e incoherente que hace honor a un gobierno que actúa de igual manera. Que habla de progresismo y saqueó los fondos de Santa Cruz. Que habla de pobreza mientras sus dirigentes se enriquecen año tras año. Usted es igual.
Usted ahora intenta argumentar que no está mal que “los negros” vayan al Conrad a ver a Charly García, y se equivoca. La cuestión no tiene que ver con el color de la piel, sino con la bandera con la que uno se identifica.
¿Cuántas personas que usted supuestamente representa pueden ir a Punta el Este a ver un concierto cuya entrada asciende a la friolera de 123 dólares? ¿Cuántos pueden siquiera viajar a esa zona onerosa de Uruguay?
Usted intentará ahora decir mil cosas para justificar lo injustificable. Pero sabe que ha cruzado una línea de la cual no se vuelve: la del ridículo. No ha sido casual el reflejo que tuvo al intentar esconderse de la indiscreta mirada del improvisado fotógrafo. Las imágenes no pueden mentir.
Sin embargo, no hacía falta que esto ocurriera para saber que usted es una completa farsante. Lo único que hizo fue refrendar algo que todos ya sabíamos.
Esto último es lo único que puedo agradecerle, porque demostró, de una vez y para siempre, lo que siempre sostuvimos desde este sitio sobre su persona: que es una persona siniestra y corrupta.
No es poco
Christian Sanz
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