Organización de recursos materiales, económicos y humanos a través de la cual un poder Lleva a cabo su actuación. El término es aplicable a cualquier entramado de grandes dimensiones que necesite de apoyo Logístico pero, en el lenguaje común, es sinónimo de administración pública. Ésta consiste en la estructura del poder ejecutivo subordinada al gobierno, que tiene la misión de coordinar e implementar las políticas públicas.
Aunque en la práctica la administración no se limita a la mera gestión neutral de lo decidido por el gobierno y el parlamento, existe una distinción conceptual y formal que limita el ámbito de la política a dichas instancias, como órganos con supuesto margen para incluir preferencias ideológicas y cálculos de oportunidad en sus decisiones. A partir del siglo pasado se ha ido desarrollando en las sociedades avanzadas una compleja y eficaz organización administrativa que, según el modelo weberiano, debería contar con una burocracia racionalizada funcionar según los principios normalizados de coordinación, desconcentración y jerarquía.
Este último es el que, paradójicamente, permite hacer compatible la estructura y el funcionamiento administrativos con la democracia, ya que la responsabilidad última de la gestión pública recae en los jefes superiores de cada departamento, o ministros, y éstos si pueden ser controlados por el parlamento. Además, la ciencia de la administración pretende hacer a ésta más eficiente y cercana con nuevas técnicas que, aunque mantengan los rasgos clásicos imprescindibles como es el procedimiento reglado o el control judicial, reduzcan las rigideces del derecho público y se orienten al ciudadano como cliente o usuario.
En la administración pública se distingue, en primer lugar, entre el sector militar y aquél que no tiene por finalidad la defensa del Estado. Dentro de este último pueden diferenciarse, a su vez, niveles verticales que, según sea la ordenación del territorio, dan lugar a las administraciones central, local y, en los países descentralizados, la regional. Además, en cada uno de estos niveles es preciso distinguir los órganos centrales del sector periférico, que opera en sub ámbitos territoriales.
Por último, se diferencia la administración general de la institucional, integrada por organismos autónomos y otras agencias ejecutivas con personalidad jurídica propia a los que se asigna el ejercicio de funciones especificas en determinados servicios públicos, como sanidad, seguridad social o comunicaciones. La desregulación ha llevado incluso a desligar ciertos órganos de la supervisión gubernamental (los llamados guangos) que se encargan de gestionar ciertas materias, como la política monetaria o la bolsa, con la consiguiente legitimidad técnica y el riesgo de que se dificulte la occountobilit y política.
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