Desde la cuesta del Portezuelo
mirando abajo, parece un sueño;
un pueblito acá, otro más allá,
y un camino largo que baja y se pierde.
Allí un ranchito sombreao de higueras
y bajo el tala, durmiendo un perro;
y al atardecer, cuando baja el sol,
una majadita volviendo del cerro.
Paisaje de Catamarca
con mil distintos tonos de verde
un pueblito acá... otro más allá...
y un camino largo que baja y se pierde.
Y ya en la villa del Portezuelo,
con sus costumbres tan provincianas,
el cañizo acá... el tabaco allá...
y en la soga cuelgan quesillos de cabra.
Con una escoba de «pichanilla»
una chinita barriendo el patio;
y sobre el nogal, centenario ya,
se oye un chalchalero que ensaya su canto.
Paisaje de Catamarca
con mil distintos tonos de verde
un pueblito acá... otro más allá...
y un camino largo que baja y se pierde.
Zamba de Polo Giménez
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