En Buenos Aires se acababan de construir las dos torres gemelas impresionantemente altas, a treinta metros de distancia una de la otra. Un famoso equilibrista tendió una cuerda en lo más alto de estos edificios gemelos con el fin de pasar caminando sobre la cuerda. Antes dijo a la multitud expectante:
• Me subiré y cruzaré sobre una cuerda con una vara, pero necesito que ustedes crean en mí y tengan confianza en que lo voy a lograr.
Claro que sí, respondieron todos al mismo tiempo. El equilibrista les respondió: pero necesito que ustedes crean en mí y tengan confianza en que lo voy a lograr.
Habiendo logrado la hazaña bajo y dijo a la multitud que le aplaudía emocionada:
• Ahora voy a pasar por segunda ocasión, pero sin la ayuda de la vara. Por lo tanto, más que antes, necesito su confianza y fe en mí"
El equilibrista subió por el elevador y luego comenzó a cruzar lentamente de un edificio hasta el otro. La gente estaba muda de asombro y aplaudía. Entonces el equilibrista bajó y en medio de las ovaciones por tercera vez dijo:
• Ahora pasaré por última vez, pero será llevando una carretilla sobre la cuerda... Necesito, más que nunca, que crean en mí y confíen en mí.
La multitud guardaba un tenso silencio. Nadie se atrevía a creer que esto fuera posible...
• Basta que una sola persona confíe en mí y lo haré, afirmó el equilibrista.
Entonces uno de los que estaba atrás gritó:
• Sí, si, yo creo en ti, tú puedes. Yo confío en tí...
El equilibrista para certificar su confianza, lo retó:
• Si de verdad, confías en mí, ven conmigo y súbete a la carretilla.
El que había gritado se quedó pasmado por la propuesta y agachó la cabeza y no profirió palabra alguna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario