Una persona con problema de “ego” suele ser desagradable, egoísta, maliciosa, destructiva, tiende a juzgar negativamente a los demás.
El ego necesita continuamente dar buena imagen ante la sociedad, carece de humildad. Es como una ilusión, una fantasía que pretende situarse por encima de los demás. La opinión que se tiene de uno mismo está distorsionada, el verdadero “yo” se aleja y conocerse a uno mismo se complica.
Las personas que viven dominadas por el ego están engañadas, se creen superiores y no ven la realidad, es un error de pensamiento que intenta hacer una presentación de cómo a usted le gustaría ser, en vez de como es en realidad. Es una máscara social, un papel que nos aleja cada vez más de lo que somos de verdad.
Esta máscara necesita halagos, aprobación de los demás, necesita tener el control de las situaciones y personas, quiere tener el poder porque en lo más profundo de su ser hay temor y necesita creerse superior para disimular su verdadero sentimiento de inferioridad. El ego es como un personaje que se va creando, se aleja de la sencillez y se caracteriza por la complicación, es como una actuación del ideal, una falsa autoestima que se necesita proyectar para que nadie vea la gran inseguridad que se esconde en el interior.
Que no arriesgarás mucho por miedo a fracasar, te quedarás en una zona cómoda y rutinaria donde alimentas tu falso “yo” con halagos y aceptación. El terreno conocido será tu hábito de vida, un sitio donde te aceptan. No querrás arriesgar en lo desconocido por miedo de recibir rechazos o críticas. Una persona que tiene una autoestima verdadera no tiene miedo a explorar lo desconocido, porque las desaprobaciones de los demás las acepta y no le molestan, aprovecha para aprender de lo que sale mal, sin dañar su valía personal.
Cuando el ego no es alimentado por el exterior, la persona se siente mal, las emociones pueden experimentar todo tipo de sensaciones negativas, como la timidez, rabia, pena, miedo, etc... Ahí veremos que se trata de una falsa seguridad disfrazada, cuando la persona recibe críticas, no es aceptada y no se le reconoce, es cuando la máscara se cae y nos podemos dar cuenta de que en realidad no somos quien nos pensamos. Según el ego, tu identidad depende de lo que los demás piensen de ti, por eso es tan importante no dejar que domine tu vida, porque si no serás como una hoja que se mueve al son del viento en base a lo que recibas de la sociedad.
El ego se desarrolla en forma de protección, normalmente nos dejamos dominar por él porque así nos sentimos más seguros ante los ataques. La voz del ego, nos confunde y nos aleja de nuestro verdadero ser, impide que puedas sentir desde el corazón, desde la sencillez de tus emociones. Es importante que seas capaz de ver que todas las necesidades de aceptación exterior no son más que ilusiones, fantasías que tu ego te ha creado.
No necesitas nada de eso para ser feliz, lo único que necesitas es que te sumerjas en la sencillez y humildad. No pretendas ser más, ni creas que eres menos, porque al final todos somos iguales. Nuestra esencia interior no es tan complicada, trata de eliminar de tu vida las culpas, las exigencias, el perfeccionismo, la necesidad de ganar o de tener razón, la avaricia y opta por el disfrute de las pequeñas cosas, aprecia la belleza de la vida, obséquiate con satisfacciones personales (diversión practicando hobbies, cuidado personal, amor por uno mismo, compras de pequeños caprichos, etc..).
Al final nos vamos dando cuenta de que el ser humano no es tan complicado, si dejamos de lado los pensamientos, somos seres simples que sólo desean disfrutar de la existencia en buena compañía, deja que fluya el amor, acéptate tal cual eres y diviértete a menudo. Escucha esa esencia interior desde el relax, todos llevamos dentro a una gran persona que merece mucho la pena, no dejes que el ego te nuble y saque lo peor de ti.
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