Aunque hablamos de comunismo y capitalismo, la realidad es que realmente se denominan sistemas de economía planificada y de mercado en función de cómo se organizan los recursos productivos. La respuesta es muy simple. O alguien organiza los recursos o bien los organiza el mercado. En este sentido tenemos que tener en cuenta que en un sistema de planificación es clave el control de los recursos, (tanto el trabajo como el capital), de forma que realmente al final el estado controla todos y cada uno de los recursos.
Es el estado el que decide que se produce, cómo y cuando. En este sentido desde luego, el mercado como concepto no existe, Por supuesto, esta es la teoría y el extremo, aunque desde luego, siempre existe algún tipo de mercado, aunque sea negro.
Respecto al sistema de economía de mercado, la base teórica es que es el mercado el que asigna eficientemente todos los recursos. Evidentemente el proceso es diametralmente opuesto, y si en el caso de la economía planificado el resultado final dependerá de lo adecuado de la planificación, en el sistema de economía de mercado, el resultado final dependerá de que los mercados funcionen correctamente.
El papel del estado se debe pues a los bienes de no mercado, (aquellos bienes públicos o bienes en los que el mercado no asigna correctamente los recursos), y desde luego a tratar de que los mercados se acerquen a las premisas de competencia perfecta.
El proceso de ajuste, se basa en los equilibrios de oferta y demanda, de tal forma, que la interacción de ofertantes y demandas, hacen variar los precios y los actores en los distintos mercados de tal forma que al final la famosa mano invisible lleva a los mercados al equilibrio.
Este ajuste va para el mercado de dinero, para el de los bienes y servicios y para el del trabajo. El procedimiento al final es sencillo. Si la demanda de un bien, un servicio, trabajo o dinero es mayor que la oferta, el precio de lo que sea sube, y en consecuencia por un lado la demanda se reduce y por otro lado la oferta se incrementa. Por otra parta cuando la demanda es menor, el precio se reduce, de forma que la oferta cae y la demanda sube hasta igualarse.
El papel de los gobierno ha de ser pues garantizar que los mercados funcionen de forma correcta.
Esto es lo básico, y desde luego, hay toda una serie de premisas que han de cumplir los mercados para que el proceso funcione y los mercados realmente sirvan a su función, lo cual a su vez implicará que se consiga la asignación óptima de los recursos, lo que era a su vez la razón de ser de este sistema.
La realidad es que no necesitamos entrar a valorar las condiciones del mercado para analizar determinados fallos. Ya de entrada, es fácil ver que la asignación de recursos, provoca la eficiencia, lo cual a su vez provoca que la oferta se incremente y en este sentido el sentido del ajuste es sencillo. El precio de cada bien, se reduce de forma que la demanda se incrementa, y a su vez la oferta cae. Sin embargo, el hecho de que la oferta caiga o se reduzca significa que productores abandonan el mercado.
Este mecanismo, perfectamente superado en la teoría ha chocado con la realidad cuando nos hemos dado cuenta de que la oferta, en realidad son empresas o sectores, que están implantados en un lugar, que crean empleo o riqueza, (según todos los recursos). Lo cierto es que según el ajuste en el liberalismo, estos recursos, se destinarán a otros bienes, de forma que el capital y el trabajo se trasvasarán a otros sectores que ahora tienen unos precios más atractivos. Sin embargo, la realidad es que los grupos de presión, los empresarios y el capital ha invertido en un sector en particular, en una empresa determinada y en una zona determinada y realmente lo de ajuste y economía de mercado es algo que normalmente gusta hasta que el mercado dice que hay demasiados bienes de un sector determinado.
La realidad es que si buscamos por un lado que los mercados asignen los recursos, en lugar de planificar la economía, parece un poco curioso que se intente solucionar el problema manipulando los mercados mediante todas las técnicas posibles, para que las empresas no caigan.
Lo mismo pasa con el mercado de trabajo. El proceso de ajuste es equivalente, de tal forma que cuando la actividad de la economía mejora, las empresas necesitan más trabajadores, de tal forma que la demanda de trabajo sube, (las empresas demandan el trabajo que los trabajadores ofrecen), en consecuencia el precio de los trabajadores (salarios) sube, esto provoca que las empresas tengan que buscar formulas para producir mejor, (tiendan a invertir en maquinaria), de tal forma que se mejora la productividad de la economía, a la vez que suben los salarios, para acceder a los resultados de esta mejora de la productividad. Al subir los salarios y mejorar las inversiones, el nivel de empleo cae y se produce el ajuste, con salarios y productividades mejores que el inicial.
Por supuesto, volvemos a la situación de antes, y en este caso, si se introduce el tema de la emigración, cuando la economía avanza, no se produce la escasez de trabajo consiguiendo que siempre exista un nivel de paro alto en la economía de tal forma que el procedimiento se bloquea.
Es en definitiva los procedimientos de escasez, abundancia en función de la evolución de los mercados, el sistema que provoca que los recursos se vayan asignando de la forma más eficiente. Por supuesto lo que debemos tener claro es que lo que era un modelo de liberalismo conceptual acaba siendo un puro modelo de planificación, con la diferencia de que en lugar de partir dicha planificación por parte de la sociedad, ahora realmente la planificación sale de los grupos de presión, que logran el poder suficiente en determinados mercados.
En este sentido es fácil detectar que al final, los mercados no reflejan la situación real, y por supuesto no funcionan para la asignación de los recursos. Lo que reflejan los mercados en esta situación es simplemente el poder que existe en cada uno de los mercados. Y por cierto, el tema del poder, el tema de los ajustes, el tema de la información y el tema de las reglas, son al final las claves en los mercados.
En definitiva, lo primero que debe hacer la sociedad, y desde luego todos estos grupos es decidir de una vez si queremos un sistema de economía de mercado o un sistema planificado. Vale una u la otra, pero lo que no es de recibo es un sistema de mercado en el que tengamos a todos los días al lobby de turno pidiendo ayudas, subvenciones, normativa y apoyo y protección al sector de turno, para después decir que el modelo productivo es el que es, (¡como si viniese de la nada!), y echando la culpa a la cualificación de los trabajadores, como si los contables, operarios de fabrica y demás grueso de la fuerza laboral tuviese otro problema para adaptarse a una empresa de valor añadido, lo cual explica por cierto que investigadores y demás o emigran o malviven.
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